Recuerden: los 'día de...' son una farsa política y comercial, además yo casi siempre hablo de mujeres, así que mañana no lo haré. Aprovecho, entonces, estos últimos quince minutos de un día cualquiera, para una cita alusiva al día fugaz que es mañana, como todos. Una de las imágenes favoritas de uno de mis libros favoritos, que se resuelve, obvio, con mujeres:
¿Cómo tender el puente, y en qué medida va a servir de algo tenderlo? La praxis intelectual (sic) de los socialismos estancados exige puente total; yo escribo y el lector lee, es decir que se da por supuesto que yo escribo y tiendo el puente a un nivel legible. ¿Y si no soy legible, viejo, si no hay lector y ergo no hay puente? Porque un puente, aunque se tenga el deseo de tenderlo y toda obra sea un puente hacia y desde algo, no es verdaderamente puente mientras los hombres no lo crucen. Un puente es un hombre cruzando un puente, che.
Una de las soluciones: poner un piano en ese puente, y entonces habrá cruce. La otra: tender de todas maneras el puente y dejarlo ahí; de esa niña que mama en brazos de su madre echará a andar algún día una mujer que cruzará sola el puente, llevando a lo mejor en brazos a una niña que mama de su pecho. Y ya no hará falta un piano, lo mismo habrá puente
Julio Cortazar en Libro de Manuel